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En el Siglo Quinto de la era común, la escuela budista de la Tierra Pura floreció en China. Esta se basaba principalmente en los sutras Sukhāvatīvyūha, los cuales relatan la manera en que el buda Amitabha, en un voto para alcanzar el Nirvana, se propuso la creación de un espacio perfecto para el alcance de las metas del budismo: Una Tierra Pura, donde los bodhisattvas no encontraran obstáculos en su práctica y alcanzaran el Despertar completo con certeza.

En aquel tiempo, los monjes budistas chinos, interpretaron que aquella Tierra Pura se encontraba en Occidente, y, con frecuencia, se le confundía con Nepal y la India, donde el Buda Shakyamuni había nacido y predicado. Así que invocaban a Amitabha con la esperanza de renacer en aquellas tierras occidentales que imaginaban paradisiacas y perfectas para alcanzar el Nirvana. Desde entonces “Amituofo” (la pronunciación china de Amitabha) es una expresión muy común entre los budistas chinos y de otras regiones del mundo.

Las escuelas de budismo chan (es decir el zen original nacido en China), también tomaron a Amituofo como valuarte, pero de una manera diferente. Hui Neng, el 6º y último patriarca chan, sostenía que aquella Tierra Pura era el lugar donde se encontraba una mente purificada, es decir una mente hábil y libre. Hui Neng enseñó a leer los sutras Sukhāvatīvyūha de una manera alegórica, como metáforas de la práctica del Dharma. Siendo la mente despierta la que hace surgir la Tierra Pura sin importar dónde se encuentre el practicante.

El concepto de Tierra Pura parte de la creencia de que las condiciones para la iluminación están en un lugar distante y utópico. Podemos entender que los chinos sentían que el budismo había nacido en latitudes muy lejanas a las suyas. Y que en su mundo cultural era muy difícil la práctica del Dharma. Tal como ocurre en la actualidad en Occidente, donde hay quienes consideran que el budismo no puede ser auténticamente practicado porque vivimos en una cultura muy diferente a la de los países orientales. Sin embargo, la escuela chan se especializó en la transmisión de las Enseñanzas de Buda en contextos ajenos a la India y Nepal donde surgieron las primeras escuelas budistas. Para ello, busca enfocarse en lo más esencial del Dharma, dejando de lado sus aspectos culturales, por ser estos arbitrarios y accidentales productos históricos.

¿Entonces por qué en las escuelas chan honramos al Buda Amitabha cuando decimos “Amitoufo”? No se le nombra invocando una ayuda metafísica, con el fin de posponer el camino a la liberación para otra vida más fácil. Si no se le rememora porque este buda mitológico es el emblema de la búsqueda por un mundo mejor. La aspiración a sociedades más justas en las que las vidas de los seres se desarrollen con mayor armonía. De una manera muy concreta, cuando decimos Amitoufo, estamos deseando el bien común, estamos deseando que todos los seres puedan vivir en bienestar y paz de manera que sea fácil para ellos obtener los frutos de la práctica del Buddha-Dharma.

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